Dylan J. Pereira: Las Nuevas Tecnologías y el futuro del trabajo

Paula Molinari, fundadora y presidente de Whalecom, consultora líder en Latinoamérica en gestión del cambio y desarrollo de organizaciones e individuos, en una conferencia reciente ofrecía un extraordinario balance sobre las perspectivas del futuro del trabajo, que, como bien recalca la autora, está ya entre nosotros; resulta realmente interesante comprobar, como esta visión y teoría que fue esbozada ya el 2016, hoy se afinca y se vuelve tangible en una gran variedad de campos sociales, catalizado por la era pospandémica, que es en sí misma una muestra de la dinámica de nuestras realidades, y de la necesidad vital de desenvolver la capacidad de respuesta y adaptación de los agentes sociales, políticos, económicos, empresariales, entre otros.

La visión de Molinari, nos demuestra la importancia de las ciencias sociales, y la necesidad de ahondar en su estudio e investigación, para tener la capacidad de comprender nuestro entorno, a nivel micro y macro, e intentar avizorar futuras tendencias como lo es el futuro del trabajo. En efecto, desde hace ya varias décadas, las organizaciones se han transformado y con ello han surgido nuevos modelos de negocios, que dan a su vez paso a nuevas formas de trabajar. Son infinitas las condiciones que han permitido realizar este cambio cualitativo: la cuarta revolución industrial, la sociedad del conocimiento, son nuevos paradigmas y nuevas formas de ver el mundo que en conjunto a las innovaciones tecnológicas han ampliado los horizontes de las empresas, de las organizaciones y un obligatorio proceso de diagnóstico y transformación.

Molinari plantea un choque entre dos modelos mentales: por un lado, el modelo de la dirección y control (que se ha utilizado en los últimos doscientos años en las organizaciones y empresas), por el otro el de la colaboración (propia de la generación de nativos tecnológicos, y que viene de la mano de la web). Esto plantea un cambio de la “conversación” que es la forma como la profesora Molinari define las relaciones en las organizaciones, empresariales y el propio fundamento del liderazgo.

Concordamos con la profesora Molinari, ya que ha cambiado quién conversa; el modelo colaborativo le da a nuevos actores -como jóvenes, estudiantes, activistas- voz en el marco de las organizaciones y las empresas; ha cambiado el cómo se hace, hoy podemos valernos de herramientas tecnológicas que nos permiten una comunicación a distancia; durante la cuarentena este factor se ha desarrollado exponencialmente a través de herramientas como Zoom, WhatsApp, Skype, Google Meet, que permiten a los usuarios mantener el flujo de comunicación, desde empresas, ONGs, educación a distancia hasta las relaciones interpersonales.

El a quién va dirigida la conversación, también se ha transformado; hoy, estos mismos factores tecnológicos, nos han permitido ampliar nuestra audiencia, y target de las organizaciones y las empresas; hoy una infinidad de productos y servicios que distintas empresas y organizaciones pueden ser ofrecidos a estudiantes, consumidores, contratistas, entre otros, en cualquier parte del mundo; por ello el dónde sucede la dinámica empresarial y de las organizaciones. En el modelo tradicional de dirección y control, el común denominador era el trabajo dentro de los límites físicos de una oficina; hoy, los espacios de trabajo, de emprendimiento, de estudio, se han trasladado hasta nuestros hogares o cualquier otro espacio. Sin lugar a dudas, el teletrabajo se impone día a día, sin embargo, representa muchos retos. Se debe invertir mucho más desde las empresas, las organizaciones, e incluso desde el Estado, en la tecnificación de los procesos, en la capacitación del recurso humano, así como en los recursos tecnológicos, para optimizar el proceso del teletrabajo, la educación a distancia entre otros, cambiando así dónde sucede esta conversación, y toda la trama empresarial.

El cuándo es también variable; los horarios de trabajo del nuevo modelo de colaboración son variables; es decir, si bien se trazan metas, objetivos, la autonomía es aquí el principio rector.

El modelo colaborativo es así un mundo de gente autónoma funcionando en forma alineada; es decir, es mucho más cercano a las aspiraciones de libertad y emancipadoras, propias de la nueva concepción del ser humano del tiempo actual. Es importante recalcar, que, si bien es cierto que hoy conviven ambos modelos, en el futuro habrá más empresas y organizaciones basadas en el modelo de colaboración.

En este sentido, es de hacer notar que las iniciativas juveniles ligadas a procesos productivos, usando las formas de apropiación de las nuevas tecnologías, la refundación de la cooperación y la multiplicación de la producción de los jóvenes es uno de los pilares del futuro.

El conocimiento y el lenguaje se han puesto al centro de los nuevos procesos de producción como recursos privilegiados de la transición del viejo modelo de dirección propio del sistema capitalista tradicional, y al mismo tiempo, de la apertura a nuevas formas de economía social; esto hace de los jóvenes un sector rápidamente sintonizado con estos cambios en curso.

De esta manera el modo de producción es, como dice Paolo Virno filósofo y semiólogo italiano: «no sólo una configuración económica particular sino un conjunto de formas de vida, una constelación social, antropológica y ética (digo ética, no moral: relativa a las costumbres, usos y hábitos, no al deber-ser»

“Innovación”, es quizás el principio clave para entender este nuevo modelo colaborativo; el emprendedor viene de todas partes, desde los clientes, a los trabajadores, hasta los gerentes y el CEO. La sustentabilidad, es hoy otro vector, a favor del medio ambiente, y las políticas ecológicas. Ya Sócrates nos advertía “El secreto del cambio es enfocar toda tu energía no en luchar contra lo viejo, sino en construir lo nuevo.”

Dylanjpereira01@gmail.com

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