La migraña es muy común en los niños y, de hecho, puede ocurrir a cualquier edad. Según estadísticas de Migraine Research Foundation, a lrededor del 10 % de los niños en edad escolar sufren de migraña, y hasta el 28 % de los adolescentes entre 15 y 19 años se ven afectados por la misma.

A menudo, este tipo de dolor de cabeza es debilitante y puede interferir con las actividades diarias. En el caso de los niños, puede causar ciertos efectos negativos que disminuyen tanto su rendimiento escolar como el aspecto social.

Si bien, por lo general, los niños tienen menos ataques que los adultos, esta condición puede ser igual de incapacitante. Incluso, sin un tratamiento, llega a afectar de manera significativa la calidad de vida del menor.

Se distinguen dos formas de migrañas; la episódica, que ocurre de manera esporádica; y la crónica. A continuación, mencionaremos los ataques típicos de migraña, pero debemos aclarar que estos pueden ser diferentes de los que se describen en adultos.

A veces, por la edad, para los niños no será fácil identificar, y mucho menos poner en palabras, las sensaciones percibidas. Las migrañas son de intensidad moderada a grave y vienen acompañadas con otra sintomatología.

Se desarrollan a través de una cascada de eventos que ocurren en el transcurso de horas a días. Un ataque típico de migraña sin aura progresa a través de tres fases; la pr emonitoria, la f ase de dolor de cabeza y la f ase postmigrañosa.

Los síntomas asociados a la fase premonitoria incluyen lo siguiente:

Náuseas y vómitos.
Dolor detrás de un ojo u oído.
Dolor en las sienes.
Sensación de ver manchas o luces intermitentes.
Sensibilidad a la luz o el sonido.
Pérdida temporal de la visión.
Palidez o sombras debajo de los ojos.
Cambios de humor.

Pueden aparecer horas, o incluso un día, antes del inicio de la fase dolorosa. El dolor, por lo general, afectará la cabeza de manera bilateral, a diferencia de los adultos, donde será un solo lado de la cabeza. Podrá ser punzante y dificultará la realización de las tareas diarias.

Los ataques de migraña en niños pueden ser tan incapacitantes como en una persona adulta.
Ataque con aura
El ataque con aura será una fase adicional que puede ocurrir antes o con el dolor de cabeza. El aura, cuando se desarrolla, suele ser visual, como centelleos. Los niños pequeños pueden ser incapaces de expresar quejas sobre dolor de cabeza.

Por eso, los síntomas apreciados por los cuidadores incluyen palidez, disminución de la actividad y vómitos. La fase postmigrañosa se caracterizará por un estado de extenuación.

Además de los síntomas físicos, algunos niños pueden desarrollar ansiedad, por el miedo a que otro ataque doloroso esté a punto de suceder. Esta situación se denomina ansiedad anticipada, y alterará la posibilidad de concentración en momentos en los que no está sufriendo dolores.

En un pequeño porcentaje de niños, se dará la forma conocida como migraña crónica, que mencionáramos previamente. Se define así a los dolores que suceden 15 o más días por mes, que duran más de 4 horas, durante más de 3 meses.

Tratamiento de la migraña en niños

Los pacientes, de manera habitual, desearán acostarse en una habitación oscura y tranquila y pueden obtener alivio con el sueño. Los medicamentos útiles para el tratamiento agudo de la migraña van desde analgésicos comunes. como el ibuprofeno y paracetamol, hasta triptanos.

Puede ser necesario probar varios medicamentos para encontrar los tratamientos más efectivos para pacientes individuales. Cuanto más pronto se administren los fármacos, más efectivos serán. En algunas ocasiones, un antiemético puede resultar de utilidad.

No existe una cura absoluta para la migraña, ya que su fisiopatología aún no se conoce por completo. Hacer un registro de los desencadenantes personales de la migraña puede proporcionar información útil para evitarlos. Esto puede incluir lo siguiente:

Consideraciones dietéticas.
Hidratación.
Suspender ciertos medicamentos.
Establecer un horario de sueño constante.

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