Ese es el que pareciere derivarse en Argentina a raíz de las elecciones Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias -PASO- celebradas este pasado domingo.
Ha quedado el gobierno kirchnerista, representado en las mismas por su ministro candidato, de tercero, siendo los más votados, en primer lugar un irreverente economista, quedando a su zaga, una partidaria del presidente Macri que privilegia el tema seguridad.
Si el próximo 22 de octubre, cuando se realizan las presidenciales, los resultados se confirman se abre en otro país de nuestro continente una experiencia tipo Bolsonaro o quizás Bukele.
Los pueblos se hartan de un liderazgo cuando este parece que lo olvida, lo que para muchos se manifiesta en la calidad de vida. Eso pudiera ocurrir en el pais austral.
Un.politico distinto o, quizás mejor, un antipolitico pudiera llegar a ocupar la Casa Rosada como consecuencia del incumplimiento de los gobiernos de este siglo en la tierra de San Martin y el Papa Francisco.
Ciertamente que la crisis argentina no es nueva pero sin duda que este siglo 21 la misma se ha agravado, con la particularidad que a ello han contribuido actores de distinta posición política contra los cuáles pareciere haber una reacción representada en el ganador de las PASO, el señor Milei.
Quien en Venezuela me lee pudiere afirmar que ello ocurrirá en nuestro país de celebrarse elecciones libres y competitivas en Venezuela como las que se celebrarán en Argentina y resulta que ello sólo sería posible en tanto y cuanto quienes gobiernan las permitan en esas condiciones, lo cual es impensable, pues, en palabras que los venezolanos conocemos bien, difícilmente el gobierno se autosuicidará. Así nuestros comicios serán tan libres y competitivos como el PSUV quiera.
Vistos los resultados electorales, Argentina se enfrenta a un cambio de ciclo con implicaciones que no necesariamente pudieren delimitarse a sus fronteras sino que pudieren expandirse por el continente si el experimento les sale bien.
Por cierto, creo que si ello ocurre y mejora sustancialmente la calidad de vida de quienes viven en el país, si algunas otras situaciones de la vida gaucha se ven afectadas, como los derechos humanos, tal como ocurre por ejemplo en El Salvador del señor Bukele, quienes sean beneficiarios de las decisiones que se adoptan, voltearan su rostro para no ver las mismas, lo que por cierto sería, lamentablemente poco criticable pues, entre tener seguridad, estabilidad y progreso económico o derechos humanos, no es de extrañar que la gente prefiera los primeros aún en desmedro del último pues aquellos permiten comer y vivir, lo que ocurrirá hasta que el gobierno decida afectarlos personalmente.
Esperemos a ver que ocurrirá en menos de setenta días en Argentina y preparémonos para un cambio de ciclo en ese hermoso país que muy posiblemente ocurrirá, aspirando que, de producirse el mismo, no exista la dicotomía crecimiento/seguridad vs derechos humanos, sino que veamos una experiencia donde estos se protegen y se logra lo primero.
Gonzalo Oliveros Navarro
@barraplural