La piel del rostro se debe de cuidar sin importar la edad. Y es que uno de los errores frecuentes que muchas personas cometen es no prestarle suficiente atención hasta que presenta líneas de expresión y otros problemas estéticos. En este sentido, la limpieza facial profunda desempeña un papel preventivo.
Si bien es un procedimiento que suele hacerse en spas y centros de estética, también se puede realizar en casa. No siempre requiere de tratamientos costosos o herramientas específicas. Sin importar el tipo de piel, hay unos pasos básicos para implementarlo. ¡Ponlos en práctica!
1. Limpiar
El primer paso para llevar a cabo una limpieza facial profunda en casa es deshacerse de todo rastro de maquillaje. En primer lugar, se puede pasar una toallita desmaquillante o un disco de algodón empapado con agua micelar.
No obstante, hay que complementarlo con un enjuague de la piel. Una vez retirados los excesos de productos, se aplica un jabón limpiador para el cutis (el de carbón activado es uno de los más recomendados) o jabón neutro.
Tras hacer suaves masajes circulares con el jabón por todo el rostro, solo queda aclarar con abundante agua tibia. Finaliza secando con una toalla suave.
2. Vaporizar
Este es un sencillo truco que tiene por objetivo abrir los poros. Para ello, primero hay que poner a hervir agua. Luego, hay que acercar el rostro a los vapores durante 5 minutos. Puedes colocar una toalla sobre la cabeza para que pueda captar toda la humedad.
3. Exfoliar
Uno de los pasos imprescindibles en toda rutina de limpieza facial profunda es la exfoliación. Este proceso permite remover las células muertas y estimular la regeneración de la piel. Hay muchos métodos para llevarlo a cabo; con un cepillo, un guante exfoliante o productos específicos.
Si lo prefieres, puedes hacer una pasta de azúcar morena y miel de abejas. Luego, la extiendes por todo el rostro con suaves masajes circulares. Para terminar, aclara con abundante agua.
4. Aplicar una mascarilla
Con la vaporización y la exfoliación se suelen remover los puntos negros y residuos de grasa. Sin embargo, se puede complementar la limpieza con una mascarilla para tonificar e hidratar. Hay muchas presentaciones comerciales que contienen ingredientes como ácido hialurónico, vitamina E y otros antioxidantes.
Puedes optar por una versión casera con ingredientes como el aguacate, la miel, la banana o las claras de huevos. Obtén una pasta y extiéndela sobre la piel. Déjala actuar de 10 a 15 minutos y enjuaga.
5. Utilizar un tónico
Los tónicos faciales son excelentes para tonificar el rostro y reducir el tamaño de los poros. Entre otras cosas, promueven el equilibrio del pH cutáneo y brindan un efecto protector contra los radicales libres. Los más populares son los que contienen pepino y agua de rosas. Se recomienda refrigerarlos para mantenerlos bien fríos.
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