23 de noviembre de 2024 1:38 AM

Barra Plural: Tardía rectificación

En política, como en todo, los tiempos son importantes.

En España, este fin de semana, el partido VOX ha publicado una declaración conforme a la cual afirma que acepta que el señor Feijoo trate de constituir gobierno sin que ellos tengan que formar parte del mismo, contrariando lo que, durante toda la campaña, fue su posición, a saber, que sus votos se harían valer, tal como lo ha hecho por ejemplo en Murcia, donde necesitando el Partido Popular apenas dos votos para constituir gobierno, ellos, que los tienen, se negaron a votar a favor del candidato ganador de las elecciones –en votos- y que mayor número de diputados al parlamento regional obtuvo porque no se les ofrece integrar el gobierno.

Hace años en Venezuela, con ocasión de una declaración del presidente Lusinchi relativa a que la banca lo había engañado con el tema de la deuda y el refinanciamiento, su predecesor en el palacio de Miraflores –el presidente Herrera- le respondió “tarde piaste pajarito” y la frase calza perfectamente en la complicada situación española.

Durante toda la campaña electoral recién finalizada –y antes de ella inclusive- las fuerzas que se aglutinan en el gobierno que lidera el señor Sanchez, afirmaban en cualquier escenario que el señor Abascal, máximo líder de VOX, sería el vicepresidente del señor Feijoo de ganar el Partido Popular las elecciones al congreso español. Esa campaña, de alguna manera caló en el electorado y Sanchez, que según todas las encuestadoras del país, menos la oficial, estaba perdido, recuperó los puntos necesarios, no tanto para ganar la elección, pero si para dificultar a todos la constitución de un nuevo gobierno, pudiendo inclusive ocurrir que logre armar un rompecabezas con la infinidad de partidos que integraran el parlamento de ese país y forme gobierno.

Desde afuera, uno observa que España está sumida en una absoluta polarización; ni la izquierda –que mayoritariamente representa el PSOE y por ende el señor Sanchez- quiere nada con la derecha ni esta con aquella. Pero ocurre que la izquierda tiene una característica que la diferencia de su adversario y ella es que resuelve sus problemas internamente mientras mantiene su ofensiva contra el adversario.

Por el contrario, el Partido Popular y VOX, que es en el fondo una escisión de aquél, cuando menos hasta este pasado fin de semana, aireaba en cuanto escenario fuere posible sus diferencias con la particularidad que, en el interín, alcanzaba acuerdos que a la postre resultaban inconcebibles vistas las expresiones que recíprocamente se utilizaron.

Lo que ocurre en España debe verse con atención en nuestra actual Venezuela.

Quienes gobiernan tienen una característica, sus discrepancias las resuelven internamente y cuando suben de nivel, ocurren a su tribunal supremo y este les hace el mandado, interviniendo la organización política de los inconformes, designándoles personas de su confianza.

En la oposición, por el contrario, bajo el argumento de su pluralidad, algunos de sus integrantes –y sus medios afines- dedican mayor esfuerzo a criticar a sus compañeros de ruta que al adversario que gobierna, generando con ello ruidos que solo a posteriori –luego de la elección presidencial- se sabrá si tuvieron eco o por el contrario, lograron el objetivo de desmotivar a quien pudiere colaborar en una eventual victoria.

Respecto de lo afirmado en el párrafo precedente debo hacer sin embargo, una precisión.

Una observación imparcial de lo que ocurre políticamente en Venezuela, permite concluir que los partidos más organizados del país que forman parte de la fuerza opositora al señor Maduro, son menos dados a promover diatribas respecto de compañeros de ruta; seguramente tienen diferencias pero de alguna manera evitan hacerlas públicas, interpreta uno que pensando, más en el objetivo final que es ponerle término al proceso político que se desarrolla en el país que en el compañero díscolo.

Lo ocurrido en España debería ser observado con detenimiento por quienes en Venezuela pretenden cambiar el estado de cosas que tiene al país de la forma en la cual se encuentra. Si logran interiorizar las lecciones de la península, mejoraran sin ninguna duda su posibilidad de éxito.
Confiarse en que al dia de hoy las encuestas reflejan un deterioro supremo del gobierno como argumento para dar por ganadas las elecciones, es un grave error. Las elecciones, todas ellas se ganan, finalmente, el dia que se vota, lo que requiere electores, miembros de mesa y testigos. La falta de alguno por desmotivación producto de la diatriba interna, es una ganancia para el adversario que nadie, dude, aprovechará.

Gonzalo Oliveros Navarro
@barraplural

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