Tenemos muchas razones para sentirnos orgullosos de la Revolución cubana y de Cuba como patria. Ese proceso revolucionario no le ha tenido temor a considerarse comunista y comunistas somos los comunes y no habrá aislamiento si seguimos manteniendo la unidad con los comunes conscientes.
Cuba nunca ha estado sola aun cuando el imperio ha tratado de arrinconarla como cuando se derrumbó la Urss. Ni siquiera en ese momento estuvo aislada. Ni en EEUU, pues hubo militantes revolucionarios estadounidenses que se mantuvieron haciendo solidaridad con Cuba. El pueblo cubano superó el “período especial” y de él se ha levantado con dignidad.
En el campo de la ciencia y la tecnología Cuba ha avanzado. Hoy, cuando unos pocos países desarrollados, están probando varias vacunas contra la covid-19, Cuba está a la par y pronto vacunará al pueblo cubano y mantendrá su amplia y firme solidaridad.
Venezuela seguirá esforzándose en el proceso de transición al socialismo, que en buena parte es el enfrentamiento al boicot imperial, al sabotaje a nuestros esfuerzos por construir otra sociedad. La vocación internacionalista que nos dejó Chávez, Maduro la ha continuado. La unidad de los pueblos finalmente derrotará al capital y las agresiones imperiales. La unidad y la solidaridad serán nuestra fuerza. En el presente y el futuro.
Una persona destacada hace esta afirmación: “Guaicaipuro, Apakuana, José Leonardo, Robinson, Bolívar y Zamora dejaron de ser nuestros héroes”. Un chavista no sostendría eso pues para el chavismo, esos nombres son una referencia sagrada. Dicha persona afirma luego que esos nombres están “siendo sustituidos por ídolos foráneos, tales como Smith, Ricardo, Locke, Marx, Engels, Robespierre, Blanqui, Lenin y Fidel”. Un chavista haría otra agrupación y mucho menos diría que Fidel es un “ídolo foráneo”. Diría que es un líder -no un ídolo- latinoamericano, sin el “foráneo”. Fidel es nuestro como nuestros son el padre d’Escoto, Martí, San Martín, Chávez…
Florece un nuevo porvenir. Pronto habrá elecciones en países importantes de nuestra región y surgirá otra relación de fuerzas. El siglo XXI seguirá siendo un siglo de grandes batallas y retos. EEUU es un imperio criminal que ha entrado en un período de decadencia. El futuro no es fácil, pero hay un futuro nuestro, que nos pertenece.
