El asteroide, que recibió el nombre de 2023 NT1 , fue visto por primera vez en el observatorio del Sistema de Última Alerta de Impactos Terrestres de Asteroides (ATLAS, por sus siglas en inglés) en Sudáfrica el sábado 15 de julio, dos días después de que se encontrara a 96.000 km de la Tierra el jueves 13 de julio.
Antes, la roca espacial, de 60 metros de ancho, era difícil de ver porque se acercó a la Tierra desde la dirección del Sol, explica Earthsky.
Otras observaciones permitieron calcular su trayectoria y demostraron que tuvimos suerte: en caso de impacto, objetos de este tamaño pueden generar un cráter de más de un kilómetro de diámetro, más o menos como el famoso Meteor Crater en Arizona. Habría sido un desastre, según detalla una nota del medio Italy24 Press.
Entretanto, la NASA planea enviar al espacio el NEO Surveyor, que ayudará a detectar mejor los asteroides potencialmente peligrosos para nuestro planeta.
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