Liza Yasko y la herida
En el Oslo Freedom Forum compartí varios días de sentido diálogo con la activista ucraniana y parlamentaria Lisa Yasko. Ambos nos reconocimos en las heridas universales que resultan de luchar por la libertad. Obviamente, las heridas de ella son más profundas y dolorosas que las nuestras (las de los venezolanos), su país está en guerra y el nuestro es un país esclavizado (sin guerra). El enemigo es común: el eje verdugo liderado mundialmente por Putin.
En días pasados, el presidente ucraniano Zelenzki comparó a Putin con Hitler. El delirante nacionalismo del ruso es una alarma mundial. El peligro es nuclear. Tiene razón.
No exagera.
Yevgueni Prigozhin y el surrealismo
Pese a los confusos avances insurreccionales devenidos en las últimas horas en la Rusia putinesca liderados por el mercenario Yevgueni Prigozhin, que uno no termina de entender si son reales o surreales (en la Rusia de Dostoyevski y Tolstoi cualquier novela es posible), la visión nacionalista de Putin, sus delirantes llamados a la consolidación de la “madre patria” a través de invasiones territoriales y su victimización frente a Europa y Estados Unidos son verdaderamente alarmantes.
Estamos, como señala Zelenski, ante el Adolfo Hitler de nuestro siglo, pero con armas atómicas que, con el desorden que se observa en Rusia, quienquiera puede detonar.
Tampoco exagero.
Volodímir Zelenski y el arte
Quien está haciendo frente a semejante peligro es el joven artista de 55 años Volodímir Oleksándrovich Zelenski. Hombre de actuación, abogado y político, su desempeño, pese a las escabrosas dificultades, ha sido formidable. Logró detener y hacer retroceder las furias criminales y expansionistas de un loco burocrático como Vladimir Putin. El peligro sigue vigente. El tirano ruso sigue en el poder y su trastornada ambición de adueñarse del mundo están intactas.
Estoy convencido de que ha sido una suerte que sea un artista quien enfrenta al verdugo de nuestro siglo. Se necesita sensibilidad artística e intuición política para vencerlo.
Nadie exagera.
Vladimir Putin y el disparate
La guerra de Ucrania nos involucra espiritual y políticamente a cada ser humano consciente que habita sobre la faz de la Tierra. No es una guerra exclusiva de los ucranianos, ni de Liza ni de Zelenski, es de todos: tuya, mía, nuestra. La civilización occidental se juega su destino. El intento colonizador de Vladimir Putin apenas comienza. Tiene una visión disparatada, alucinada, de la “gloria rusa” y de su influencia mundial. No cesará en su plan conquistador.
Parecía que el enfrentamiento con el ejercito mercenario Wagner y su líder Prigozhin pondría fin intestinamente a sus ambiciones. No fue así, el peligro persiste.
¿Exageramos?
La rebelión militar y la desnudez
Lo único cierto para cada uno de nosotros es la incertidumbre que produce el alocado Putin y el destartalado régimen ruso. Los acontecimientos recientes, sumados a una insensata y criminal invasión a Ucrania, no es tema que debamos desatender ni abordar con un ápice de descuido. Es el tema del siglo y un ataque atómico no debe ser descartado, más aún con el pánico que debió sentir Putin ante la rebelión militar que lo mostró desnudo.
Rusia quedó en pelotas frente al mundo. Una manada de iracundos –casi novelescos– se enfrentó sin enfrentarse, mientras tanto esos locos siguen su amenaza a Ucrania. No es sólo a Ucrania, es al mundo. A ti.
Hay que vencerlos, como sea, hay que hacerlo.
@tovarr
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