Leo en las redes a personas de muy buena fe esperanzadas en la alta inscripción de venezolanos que se encuentran en el exterior, para participar como elector en la elección primaria opositora.
Suponen ellos que, por haber salido del país, por razones económicas, políticas o humanitarias, quienes eso hicieron son personas afectas a la oposición y adicionalmente se encuentran políticamente motivadas, lo cual no es necesariamente correcto pues, dentro de ese conglomerado de migrantes, alguna parte continua teniendo afecto por el proyecto del señor Chavez al cual distinguen de lo ejecutado por su sucesor.
Así las cosas, al partir de esas premisas la conclusión puede resultar errada pues, tal como señalé, no todo el que salió es necesariamente opositor y adicionalmente, aún cuando esté motivado a intervenir en política como elector, su situación en el país de acogida puede complicarle su participación.
Pensemos en Colombia que, no solo es el país que más migrantes venezolanos ha recibido sino que, adicionalmente, es el que mejor creo conocer por residir en el desde hace casi seis años.
De las cifras publicadas por Migración Colombia respecto del número de venezolanos en el país y su composición por edades, pudiere afirmarse que Colombia reconoce como migrantes venezolanos en edad de votar a cerca de 2 millones de electores venezolanos.
De ese grupo, la gran mayoría de los que trabajan lo hacen más de 12 horas diarias, probablemente, 7 días a la semana muy probablemente en posiciones muy diferentes a las que tenían en Venezuela.
Si esos compatriotas descansan 1 día a la semana, no necesariamente será domingo, día de votación. Adicionalmente a ello, aquí no dan permisos para hacer diligencias, al extremo que, en las oportunidades que el gobierno ha abierto el registro de regularización presencial, muchos no han podido acudir porque el patrono le sancionará, probablemente, con la terminación del contrato y aquí, distinto a la Venezuela que conocimos, todo se paga y los puestos de trabajo son escasos, competidos y no necesariamente bien remunerados, lo que obliga al migrante a cuidarlo como la niña de sus ojos.
Adicionalmente a ello por ejemplo si la persona se siente mal y no va a trabajar, debe traer soporte medico obligatorio.
Así las cosas, obvio sería concluir que, en lo menos que está pensando el migrante es en candidaturas de primaria, lo que no implica que no se haga el esfuerzo para que pueda ejercerse ese derecho, tan solo como reconocimiento que, a pesar de estar allende las fronteras del país, no se renuncia a la nacionalidad.
Sin embargo, otro elemento adicional conspira contra la participación en esa elección de quienes en la misma estarían interesados y es la posición que respecto de ella ha mantenido el ente comicial venezolanos.
Como quiera que el mismo en los últimos veinte años ha estado coptado por quienes gobiernan, sus decisiones se ajustan a la conveniencia de estos. Así, si los gobernantes de turno observan que se inscribe mucha gente, que nadie dude que el alto poder no tendrá interés en activar el REP fuera del país y -por el contrario- si no lo hace, desde allí se afirmará que para que gastar fondos públicos si ni en la primaria opositora se participó.
Cualquiera diría que mis palabras tienen una profunda carga de cinismo y le afirmo que se equivoca, esa es la dura realidad derivada de observar que el ente encargado de organizar elecciones en Venezuela y las salas judiciales que respaldan su accionar, si alguna característica han tenido, es la de despreciar el valor de todo mecanismo participativo, constitucional y electoral de cambio en Venezuela.
Así las cosas, la solución electoral pasa por votar en Venezuela. Al que saque cuentas pensando en el votante en el exterior, no le cuadraran las cuentas.
Gonzalo Oliveros Navarro
@barraplural
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