Todos tenemos delirios
No quiero hacer un severo juicio de valor sobre Carlos Prosperi, candidato presidencial de Acción Democrática a las primarias. Me parece un joven atrevido que ha decidido emprender en la jungla política venezolana, que no es faena sencilla, y eso tiene algún mérito. Sin embargo, no reflexionar sobre los escandalosos “argumentos” vaciados en la entrevista del muchacho –que aspira liderar a Venezuela en el momento más crítico y catastrófico de su historia– con Carla Angola y Orlando Viera sería irresponsable.
Insisto, no quiero dañar su sueño presidencial ni quiero avasallar sus expectativas llaneras de cambiar a Venezuela y al mundo. Todos tenemos delirios.
Pero el tema es un poquito más serio que eso.
Saber leer y escribir
No tenía ni idea sobre Prosperi, había escuchado alguna vez otro disparate que había pronunciado en alguna parte (me lo mandaron por las redes sociales) y le resté relevancia. “Otra torpeza de la oposición venezolana, una más…”, me dije. Pero las declaraciones ante Angola y Viera rebasaron los límites de lo creíble, sobre todo porque el muchacho representa el partido de Andrés Eloy, Gallegos y Betancourt, que no sólo sabían leer y escribir, sino que hay muy pocos que lo hayan hecho como ellos.
No basta saber leer y escribir en el actual tiempo venezolano, hay que saber saber y no saber. Callar cuando no se sabe y también callar cuando se cree que se sabe.
Imagino que Prosperi sabe leer y escribir, no sé si sabe que no sabe.
Acción Democrática o la Pompeya venezolana
Después del derrocamiento de Carlos Andrés Pérez causado por su propio e ignorante –en ese momento– partido, que devino en esta catástrofe nacional que es el chavismo, Acción Democrática terminó como Pompeya, calcinada, chamuscada, arruinada, hecha ceniza. Su Vesubio fue su propio liderazgo –mismo liderazgo actual, por cierto– que estalló contra sí mismo, que no cambia, que no cambiará jamás, pese a los latidos aceleradísimos del corazón de nuestro tiempo. Ves andar a los adecos y sabes que son espíritus quemados. Son carbón andante.
Prosperi, y su triste ignorancia, es elegido –no sé cómo– representante del partido de Andrés Eloy y Gallegos para liderarlo en el peor momento de la historia de Venezuela.
¿Se podrá estar más tostado?
La cátedra de Prosperi
El muchachote sobre Maduro: “Yo no puedo decir que es un tirano, porque quizá una tiranía es mucho más allá. Maduro es una persona que ha irrespetado la democracia. Dictador es llegar al poder a través de asaltarlo mediante armas y quererse quedar ahí por la fuerza. Ellos convocaron elecciones y nosotros no participamos porque no existían condiciones… decir que Maduro es un dictador sería irresponsable de mi parte.”
¿Sabrá este chamote cómo llegó Hitler al poder o Mussolini o Tojo –Japón, gugléalo–, sabrá que no llegaron con el uso de las armas? ¿Sabrá lo que es legitimidad de origen o de ejercicio?
¿Sabrá cómo salieron esos criminales del poder?
¿Sabrá algo?
¿Sabrá el panita que Maduro está acusado por cometer crímenes de lesa humanidad? ¿Sabrá lo que es un crimen de lesa humanidad (no es robarse unas vaquitas en el hato, chamín)? ¿Sabrá de los miles de crímenes extrajudiciales del chavismo? ¿Sabrá de los asesinados, torturados, expropiados, perseguidos y vilipendiados por pensar diferente a Maduro? ¿Sabrá que 7 millones de venezolanos han salido del país por el criminal Maduro? ¿Sabrá que la tiranía española contra la que luchó el Libertador es Suiza comparada con la Venezuela de Maduro?
Por cierto, ¿sabrá quién y por qué fue el Libertador? ¿Sabrá que no fue Chávez sino Bolívar? ¿Qué sabrá si es que sabe algo? Es que ni siquiera sabe que no sabe nada.
¿Cómo catalogar a quien vote por él?
En fin…
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