“Si Tareck El Aissami hubiera planificado un golpe de Estado contra Nicolás Maduro estaría preso y en un sótano de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim)”, afirma Sebastiana Barraez, periodista especialista en la fuente militar en Venezuela durante un Live con su colega Carla Angola.
Barraez es contundente al asegurar que, según la información que maneja, El Aissami fue emboscado por un sector o grupo de poder del seno socialista liderado por Diosdado Cabello y los hermanos Jorge y Delcy Rodríguez.
“He sostenido y lo mantengo, Tarek El Aissami realmente no estaba planificando un golpe de Estado. Esa versión surge de un sector o grupo que coloca a El Aissami como una persona sospechosa. Todos sabemos la relación estrecha de Maduro con El Aissami”, detalla la reconocida periodista.
De acuerdo con lo expresado por Barraez “el problema de corrupción (en el que está involucrado El Aissami) no hubiese movido a Nicolás Maduro a desplazarlo. ¿Qué es lo convence? El argumento de que El Aissami preparaba un golpe de Estado, pero, la verdad es que no hay evidencias claras”.
La versión que maneja Barraez indica que se pretende insistir que el exministro estaría trayendo armas a Venezuela, supuestamente para derrocar al mandatario nacional, y que por eso habría una serie de militares detenidos.
“Pero ese argumento es falaz porque las personas involucrados en el supuesto negocio de las armas estarían involucradas desde hace muchos años y no precisamente por El Aissami sino por otros militares. Fue un argumento del sector de Diosdado Cabello y los hermanos Rodríguez para convencer a Maduro de que había que detenerlo”, amplía Barraez, dejando claro que El Aissami “no es la palomita de Fatima y es un hombre peligroso, pero los hechos son los hechos”.
Otra información que aporta Barraez guarda relación con la desconfianza en las altas esferas del poder y citó como ejemplo los roles que asumieron Tarek William Saab, fiscal general de la República, y Elvis Amoroso, contralor general de la República, quienes desconocían las operaciones de la Policía Anticorrupción en la trama de corrupción en la industria petrolera por la que al menos 10 altos funcionarios y 11 empresarios fueron detenidos y que condujo a la renuncia de El Aissami como ministro de Petróleo.
“Tarek no tenía ni idea. Todas las operaciones, bien planificadas, las hicieron cuando estaba en Cuba representando al gobierno de Venezuela en unos actos. Supongo que pensaron que El Aissami y Saab, por sus orígenes, tienen relaciones familiares y trataron de dejarlo fuera de esta historia. También fue excluido el Contralor General”, sostiene.
Barraez comenta que El Aissami “estaba haciendo lo de siempre, preparando su ascenso al poder, pero no por la vía de las armas”, y argumenta que por ser objetivo político de los Estados Unidos por sus supuestos vínculos con organizaciones terroristas ese escenario no estaría contemplado.
Y sobre el tema, concluye: “El Aissami no está preso y yo dudo que esté investigado”, señala para advertir que dentro de la revolución bolivariana Tareck no es cualquier figura, y una muestra es que más allá de allanamientos de algunas propiedades de su hermano y parte de su familia lejana las operaciones de la Policía Anticorrupción no abordan a sus familiares y allegados más cercanos.
Para Barraez esto se debe a que “Maduro no tiene certeza que estuviera involucrado en el golpe de Estado y prefiere tenerlo en un sitio de manera estratégica mientras coteja la información que se colecta sobre su posible rol como conspirador.
Con información de Versión Final
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