Los últimos datos económicos de Estados Unidos sugieren que se avecina una recesión. El director ejecutivo de la firma de asesoría financiera Longview Economics, Chris Watling, dice que es posible que los inversores deban prepararse para una crisis bursátil.
En declaraciones a Cnbc, Watling aseveró que una recesión estaba en camino, citando lo que describió como indicadores económicos “bastante convincentes” y “brutalmente malos”. El conferencista aseguró este jueves que el índice económico líder de Estados Unidos cayó 1,2% en marzo, su nivel más bajo desde noviembre de 2020. Los datos parecen indicar que la debilidad económica pronto podría intensificarse y extenderse por todo el país.
Junto con esta señal de advertencia, Watling señala que el cronograma típico de una recesión después de la inversión de la curva de rendimiento del Tesoro, que se invirtió por primera vez en marzo de 2022 y luego nuevamente en los meses siguientes, fue de aproximadamente un año.
El techo de la deuda
El techo de la deuda es la cantidad máxima que el Congreso permite al Tesoro estadounidense tomar prestado mediante la emisión de deuda pública. Durante la era Trump, el Congreso aumentó el techo de la deuda tres veces. En diciembre de 2021 el límite de la deuda volvió a aumentarse hasta los 31 billones de dólares. Y así llegó a la situación actual: el 19 de enero de 2023 se alcanzó el límite de los 31,4 billones de dólares.
En este momento, el Tesoro gringo no está habilitado para tomar prestado fondos adicionales. Por el momento no se puede emitir deuda pública adicional y los ingresos fiscales no son suficientes para abordar los gastos. En ese sentido, el Tesoro ha tenido que adoptar algunas “medidas extraordinarias”, pero que no resolverán el problema, según los economistas, Judith Arnal y Federico Steinberg.
Default
Ambos advierten que dado que la economía de Estados Unidos todavía representa cerca de 25% del PIB global, el impacto de un default de esa nación sería devastador. Esto supondría un duro golpe para la economía estadounidense. Además, el hipotético impago podría generar fuertes externalidades negativas para el conjunto de la economía global, dado el papel central del dólar en el sistema monetario internacional.
60% de las reservas internacionales están denominadas en dólares. Gran parte se mantienen en letras y bonos del Tesoro de Estados Unidos, lo que hace que, en 2021, 36% de la deuda viva estadounidense estuviera en manos de inversores extranjeros, con Japón, China y el Reino Unido a la cabeza. Por tanto, un hipotético impago de la deuda afectaría con total seguridad a inversores extranjeros.
El dólar estadounidense también es clave como medio de pago, por ser la denominación preferida para el comercio internacional y las transacciones financieras internacionales.
Asimismo, durante los últimos episodios de crisis (la de 2008-2009, del covid-19 y recientemente del Sillicon Valley Bank), la hegemonía del dólar sigue siendo tan elevada, que un impago de la deuda, aunque se revirtiera en unos pocos días, podría generar enormes tensiones para la estabilidad financiera global, así como potenciales disrupciones comerciales.
Con información de ÚN
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