Marruecos prolongó este sábado su estado de euforia con una histórica victoria por 2-1 sobre una Brasil que no tuvo a Neymar. La ausencia del 10 se sumó a la falta de soluciones de la verde amarela ante el orden y la mordiente de su rival en un partido que tuvo poco de amistoso.
El conjunto de Walid Regragui no ha perdido ni un ápice de la esencia que lo llevó a pasar por encima de Bélgica, España y Portugal en el pasado Mundial.
Hoy, esta selección demostró que ha venido para quedarse al derrotar a la pentacampeona del mundo. A pesar de los varios errores de Bono.
Se adelantó en el minuto 29 por medio de Boufal. Casemiro empató para la Canarinha en el 67, pero, lejos de venirse abajo, Sabiri puso el definitivo 2-1 a diez para el final. Toda la afición presente en Tánger coreaba «olés» en las gradas del estadio Ibn Batouta.
El partido tuvo un inicio sin sorpresas, salvo en la portería brasileña. Ederson, que venía arrastrando unos problemas estomacales, le dejó su lugar a Weverton, arquero del Palmeiras.
El resto fue según lo esperado con Brasil queriendo ser protagonista y Marruecos siendo vertical, además de ser peligroso a balón parado. La misma receta que le llevó a ser cuarta en el Mundial de Qatar.
Vinícius estuvo fuertemente marcado por Hakimi, titular pese a sus molestias musculares y el torbellino personal que le rodea tras ser acusado de violación en Francia.
El duelo se animó a partir del minuto 20. Mazraoui fue el primero en hacer acto de presencia con un disparo que se marchó por centímetros.
Después llegó la primera cantada de Bono en una salida de balón que enmendó en la secuencia al bloquear un tiro de Rony y otro de Andrey Santos. Por Brasil, un fuera de juego ajustado impidió el gol de Vinícius, tras otro fallo en el despeje del arquero del Sevilla.
Y en ese ritmo de locura, Emerson erró en defensa, Boufal recuperó y abrió a la banda para El Khannouss, que le devolvió la pared en el interior del área.
El delantero de Al-Rayyan se giró y batió a Weverton. El tanto descolocó por completo a Brasil, que entró en las provocaciones de los dueños de casa con protestas reiteradas al árbitro.
Marruecos pudo hacer otro más antes del descanso en otro jugadón de Boufal por la derecha que dejó solo a Ziyech dentro del área.
Brasil seguía desconectado, falto de la creatividad de Neymar, con Vinícius soportando entradas impropias de un amistoso y Rodrygo, algo desubicado. Paquetá tampoco apareció entre líneas.
La Canarinha intentó reaccionar en el arranque del segundo tiempo con un gran disparo a media altura de Rodrygo que obligó a Bono a estirarse con todo. Ounahi respondió con otro bombazo repelido por Weverton.
A los pentacampeones del mundo le entraron las prisas y aumentaron la presión. Los espacios se multiplicaron, lo que favoreció a Vinícius. En esas, un disparo sin mucha fe de Casemiro se coló entre los brazos de Bono y puso el empate en el marcador.
Todo el mundo esperaba que Brasil se desmelenara definitivamente, pero fue Marruecos el que sorprendió con un segundo gol obra de Sabiri, tras un despiste de Militao que fue definitivo a diez minutos para el final.
Con información de EFE
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