La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) se solidarizó este miércoles con la Iglesia de Nicaragua en «estos momentos de dificultades que están viviendo», que sigue con «atenta preocupación», debido a la expulsión y encarcelamiento de religiosos del país centroamericano.
A través de un comunicado, los obispos venezolanos, junto con sus presbiterios, expresaron su preocupación por los «últimos acontecimientos que están marcando la vida y ministerio» de la Iglesia «en la hermana nación nicaragüense», entre ellos «la expulsión de sacerdotes, diáconos, seminaristas y religiosos», además del «enjuiciamiento y prisión del querido hermano Rolando Álvarez».
Álvarez, obispo de la localidad nicaragüense de Matagalpa y crítico con el Gobierno de Daniel Ortega, fue condenado el pasado viernes a 26 años y 4 de meses de prisión luego de ser declarado culpable por delitos considerados como «traición a la patria».
La condena contra el obispo fue dictada un día después de que rechazara subirse al avión que lo llevaría, junto con otros 222 excarcelados nicaragüenses, hacia Estados Unidos, lo que provocó la furia del presidente Ortega, quien lo calificó de «soberbio», «desquiciado» y «energúmeno».
El Episcopado venezolano, según el pronunciamiento, pide «a Dios (que) cambie los corazones de quienes han tomado esas decisiones, para que, además de reconsiderarlas y convertirse, entiendan que, por mandato divino, la Iglesia será siempre fiel a la misión profética de anunciar la palabra de liberación caminando junto con su pueblo».
«Imploramos a la Virgen Purísima, Madre de Dios, venerada entre nosotros como María de Coromoto, su maternal protección para toda Nicaragua», expresó la CEV.
El Gobierno nicaragüense expulsó este martes al sacerdote italiano Cosimo Damiano Muratori, a quien acusa de haber intervenido «injuriosamente en asuntos solo concernientes a nicaragüenses».
Con información de EFE
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