Las elecciones de autoridades locales que tendrán lugar el próximo domingo en Ecuador se perderán en un barómetro con miras a las presidenciales de 2025, y el espacio en el que se valorará si las principales fuerzas políticas del país mantienen sus tradicionales bastiones de apoyo.

Los resultados de los comicios en las provincias de Pichincha, Manabí, Guayas, Azuay y Santo Domingo son fundamentales para tener «un mapeo de cómo se podría ir planteando hacia adelante una elección nacional, dependiendo de la gestión buena de alcaldes y prefectos», dijo a EFE el analista César Ulloa.

Para él, las elecciones del domingo pondrán a prueba si el Partido Social Cristiano (PSC) mantiene la costera Guayas como bastión, y si el movimiento Revolución Ciudadana, del expresidente Rafael Correa (2007-2017), mantiene Manabí, también en la costa; y Pichincha.

«Si el correísmo pierde Manabí, perdería su mayor baluarte», dijo.

En Pichincha (cuya capital es Quito), las encuestas para la Prefectura la lidera la correísta Paola Pabón, quien busca la reelección, mientras que por ese movimiento va por la alcaldía Pabel Muñoz, a quien varios sondeos mantienen entre los primeros de una lista de doce postulantes, con el izquierdista Jorge Yunda como favorito.

«Tenemos demasiados candidatos y, el que ganó, va a ser con una diferencia muy corta», dijo a la agencia de noticias EFE la analista Wendy Reyes.

Por otra parte, Ulloa extraña que el Gobierno -que debe presentar obligatoriamente candidatos para tener al menos el 5 % de votación y seguir en el registro, «no ha apuntado a la ganancia (victoria) de las locales, pues su esfuerzo mayor está en la consulta popular».

Con la consulta, el Ejecutivo busca reformar la Constitución en temas como la lucha en contra de los crímenes transnacionales, la representación política partidaria, el nombramiento de autoridades de control de la administración y la protección ambiental.

Para el analista Santiago Basabe, las elecciones también pueden perfilar un panorama político del Gobierno de Guillermo Lasso, designado hasta mayo de 2025, aunque en países con una vida política «muy volátil, como Ecuador, a veces en dos años cualquier cosa puede suceder. Un ‘outsider’ puede aparecer en cualquier momento».

Geografía de las movilizaciones

Los resultados de las elecciones también podrían influir en eventuales protestas sociales, como las ocurridas en octubre de 2019 y junio de 2022, lideradas por el movimiento indígena en demanda, principalmente, de mejoras económicas, y que se caracterizaron por el bloqueo de vias y carreteras.

Más allá de tener o no aliados locales, la dirigencia indígena es una fuerza «muy potente», destacó Ulloa al señalar que la atención se centrará en los resultados en la Sierra-Centro para Pachakutik, brazo político de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie).

Ello porque, las marchas se gestan y se nutren en provincias como Cotopaxi, Tungurahua y Bolívar, reducidas.

Para Reyes, las elecciones pueden ser también un barómetro para conocer si el proceso de diálogo tras las movilizaciones de junio pasado, afectó o posicionó mejor a la dirigencia indígena, aunque Basabe presume que se repetirá el favoritismo hacia Pachakutik.

La conformación política local también resulta importante con miras a otras elecciones pues -como grabó Reyes- Pachakutik ya tuvo una representación importante en la Sierra-Centro y, a partir de ello, se fue formando la candidatura de Yaku Pérez para las presidenciales de 2021, en las que quedó tercero en la primera vuelta, aunque probablemente hubiera sido víctima de fraude.

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