23 de noviembre de 2024 2:58 AM

Gonzalo Oliveros Navarro: Que pena

Barra Plural

Es esa la expresión bogotana que se utiliza cuando una persona solicita alguna cosa y la otra –por el motivo que crea pertinente- no cumple lo requerido.

Alex Saab perdió otra batalla en Costa Verde. 

La autoridad judicial del país que conocía su caso, decidió enviarlo a Estados Unidos a los efectos de que enfrente el proceso judicial por el cual se le reclama, a pesar de las protestas de Caracas pues se estaría vulnerando la inmunidad diplomática que se le pretendió atribuir, con una calificación sobrevenida –y desconocida para ese país africano- de embajadorvenezolano. 

La pelea del señor Saab –y de sus mentores venezolanos- ciertamente tuvo un roundinternacional interesante.

Ante las autoridades judiciales comunitarias africanas sus abogados –Baltazar Garzón a la cabeza- plantearon el tema de la detención del paisano colombo-venezolano y el mismo falló a su favor, lo que fue desconocido por Cabo Verde, bajo el argumento que ese país no formaba parte del órgano que emitió la decisión. Lo ocurrido ha debido recordarles a quienes ocupan Miraflores y la Casa Amarilla lo que éllos hicieron en casos similares.

En ocasiones en las cuáles tribunales internacionales sentenciaban a favor de algún connacional, en virtud de actuaciones del estado venezolano, los Magistrados de la Sala Constitucional –mas faltaba- emitían una sentencia que impedía el cumplimiento del mandamiento internacional al cual si estaban obligados, lo cual a muchos nos dejaba atónitos pues recordábamos la máxima “pacta sunt servanda” que -en su  cátedra de Derecho Internacional Público-   nuestro respetado profesor Adolfo Pedro Salgueiro, siempre nos tuvo presente en aquélla UCAB de los setenta.

No se interprete que estoy afirmando que el señor Saab no debe ser extraditado. Al respecto diré que desconozco la legislación africana y por tanto –jurídicamente- sería irresponsable de mi parte opinar en esa materia. Solo reitero que es una ironía de la vida que,  argumento similar al que Caracas utilizó en su momento para evitar cumplir decisiones que sí le eran vinculantes, es el que se utiliza para facilitar la remisión a Estados Unidos del solicitado, donde tendrá todas las garantías procesales, tal como le pasó a Capone o al Chapo Guzmán. 

Si finalmente el señor Saab es enviado a los Estados Unidos, por ser públicos los juicios en ese país, nos podremos enterar de lo que se le acusa, las pruebas que se tienen contra él y la defensa que desplegará. Veremos entonces si los norteamericanos prueban su caso y por ende Saab resulta culpable, sin desmedro por supuesto que –en caso de que él así lo decida- llegue  a un acuerdo que implicará en tal caso delatar a quienes sobre él se encontrarían.

A veces uno recuerda que los caminos de Dios son infinitos. Quizás hemos encontrado uno para resolver nuestra crisis.

Gonzalo Oliveros Navarro

@barraplural

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