El consumo de alcohol es una práctica común en todo el mundo y sus efectos en el organismo varían mucho de una persona a otra. Por lo general, beber en exceso o con demasiada frecuencia puede ser un signo de alarma acerca de este hábito. ¿Te interesa conocer las diferencias entre el alcoholismo y el abuso del alcohol? A continuación te contamos.
Por: El Espectador de Caracas con información de Mejor con Salud
El Instituto Nacional sobre el Abuso de Alcohol y Alcoholismo (NIAAA) de Estados Unidos estima que para 2019 más de 14 millones de norteamericanos padecían alcoholismo. Es común que las personas tiendan a confundir el término alcoholismo con el de abuso de alcohol. Sin embargo, ambas entidades pueden ser diferenciables.
Puede resultar arduo reconocer cuando el hábito alcohólico ha sobrepasado el consumo moderado y se ha convertido en un problema para la salud. En este sentido, comprender las diferencias entre el alcoholismo y el abuso del alcohol es el primer paso para hacer frente al problema.
4 diferencias entre el alcoholismo y el abuso de alcohol
El alcoholismo es un trastorno crónico cargado de un alto estigma social con complicaciones graves para la salud. Por su parte, el abuso de alcohol es considerado como el estadio previo a esta afección, en la cual la ingesta alcohólica es menos intensa. Es posible definir las siguientes diferencias entre ambas entidades.
1. Patrón de consumo
Una forma práctica de distinguir el abuso de alcohol y el alcoholismo consiste en valorar el hábito de consumo de una persona. La ingesta moderada se define como 5 bebidas a la semana en el hombre y 4 bebidas a la semana en la mujer, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Por su parte, el consumo excesivo de alcohol se caracteriza por 15 bebidas o más a la semana en el hombre y 8 bebidas o más a la semana en la mujer. Además, estudios afirman que el bebedor abusivo ingiere más del 20 % de las calorías de la dieta en alcohol. De igual forma, el consumo durante el embarazo también es considerado una forma de abuso.
El abuso de alcohol ocurre en situaciones sociales y suele interrumpir las actividades laborales y educativas. No obstante, en el alcoholismo la persona ingiere bebidas alcohólicas todos los días, en cualquier momento, sin considerar como esto afecta otras áreas de su vida.
2. Dependencia física
El alcoholismo se caracteriza por la dependencia física al alcohol que puede o no ser concebida por la persona afectada. Este hecho se asocia a una mayor tolerancia a las bebidas, por lo que con el tiempo se requerirá una mayor cantidad de alcohol y un mayor tiempo de consumo para alcanzar la embriaguez.
La dependencia al alcohol condiciona la existencia de síntomas conductuales y fisiológicos que expresan la pérdida de control sobre el consumo, según un estudio. En este sentido, el alcohólico tiene el deseo imperioso de ingerir alcohol y continúa bebiendo a pesar de las situaciones adversas y los riesgos.
3. Síntomas típicos
Las manifestaciones del abuso del alcohol suelen aparecer de forma súbita y son resultado del efecto directo de esta sustancia en el sistema nervioso. Algunos de los signos habituales del consumo excesivo de alcohol son los siguientes:
- Problemas para concentrarse y mantener la atención.
- Pérdida del equilibrio y dificultad para caminar.
- Malestar general asociado a la resaca.
- Amnesia o lagunas mentales.
- Dificultad para hablar.
Por otro lado, los síntomas del alcoholismo son de presentación progresiva y creciente, asociados principalmente a la dependencia física. Entre los principales de la abstinencia en alcohólicos se encuentran los siguientes:
- Entumecimiento de las extremidades.
- Temblores y espasmos musculares.
- Ansiedad y nerviosismo.
- Dolor de cabeza intenso.
- Pérdida del apetito.
- Náuseas y vómitos.
- Sudoración.
- Insomnio.
4. Complicaciones a corto y a largo plazo
El abuso de alcohol puede conducir a corto plazo a estados graves que comprometan la vida. Una complicación de alto riesgo es la intoxicación por alcohol.
Estudios estiman que la intoxicación alcohólica es causante del 5,9 % de las defunciones a nivel mundial. Esta entidad se asocia a falla cardíaca, pulmonar y renal, que puede conducir al estado de coma y a la muerte.
Por otro lado, el consumo excesivo de alcohol se relaciona con una mayor probabilidad de conductas sexuales de alto riesgo, violencia, crimen y accidentes de tránsito. A largo plazo, la principal complicación del alcohólico abusivo es la dependencia física que lleva al alcoholismo.
El alcoholismo crónico y sostenido aumenta el riesgo de falla en múltiples órganos. Algunas de las complicaciones más comunes de este trastorno son las siguientes:
- Pancreatitis.
- Disfunción sexual.
- Hepatitis y cirrosis.
- Enfermedad cerebrovascular.
- Hemorragia del tracto digestivo.
- Hipertensión arterial y problemas cardíacos.
Tratamiento para el consumo excesivo de alcohol
El primer paso para solucionar el abuso de alcohol y el alcoholismo es aceptar que algo no está bien y buscar atención profesional. En la actualidad existen diferentes terapias psicológicas y abordajes farmacológicos que permiten combatir esta afección. Sin embargo, todo plan debe ir de la mano de cambios en el estilo de vida.
De igual forma, el tratamiento varía de paciente a paciente, por lo que debe ser individualizado. Algunos requieren solo abordaje psicológico, mientras que en otras personas es necesaria la medicación de rescate para los síntomas de la abstinencia.
El consumo excesivo de alcohol es reflejo de factores sociales y psicológicos que influyen en el comportamiento. Una de las principales diferencias entre el alcoholismo y el abuso de alcohol es la dependencia física que la persona muestra hacia el hábito.
Reconocer este problema de forma temprana favorece a una recuperación más rápida y disminuye el riesgo de complicaciones a largo plazo.