5 trucos para acordarse de las cosas

Una de las principales razones por las cuales siempre me ha interesado el tema de la organización y productividad personal es mi falta de memoria. David Allen, autor del libro “Getting Things Done” y creador de la metodología GTD siempre dice que la mente no está diseñada para almacenar compromisos sino para tener ideas. En mi caso esta afirmación es totalmente cierta, es más, mi cabeza no está diseñada desde luego para almacenar nada, ya que a los 5 minutos soy capaz de olvidar cualquier cosa. En mi caso entonces, un sistema para guardar toda la información que me rodea se convierte en un instrumento de pura supervivencia.

Por el Espectador de Caracas con información de SamuelCasanova

Trucos para acordarse de las cosas

Cuando sabes que tu memoria te va a traicionar en cualquier momento, ni siquiera algo como GTD es suficiente. Por eso durante toda mi vida he intentado buscar todo tipo de trucos para acordarme de las cosas. A continuación os detallo algunos ejemplos:

Buscar alertas visuales y colocarlas en sitios estratégicos que voy a mirar

Esta es uno de los trucos que utilizo con más frecuencia por la sencillez y la efectividad que tiene. Consiste en detectar un asunto que debes recordar sí o sí y no tienes donde apuntarlo, pues no se trata de recordar algo complejo ni como referencia por si lo necesito, sino de recordar algo en un lugar o momento concreto.

Por ejemplo, debo recordar por la mañana coger la comida antes de salir hacia la oficina. Cuando todavía no tienes este hábito es muy común que en las primeras horas de la mañana no andes demasiado lúcido como para acordarte de algo así. Como sé que para ir a la oficina debo salir por la puerta de casa, lo que hago es colocar en la puerta algo que me recuerde que debo llevarme la comida. Es complicado poner el tupper directamente, pero puedo fácilmente colocarlo en una bolsa, o poner por ejemplo una manzana. Aunque mi comida no sea solo la manzana al verla en el picaporte de la puerta inmediatamente recordaré que debo coger la comida y me aseguro de que no saldré por la puerta sin ella.

Otro ejemplo parecido sería tener que recordar tomarte una pastilla después de desayunar. Como no tenemos ese hábito es fácil olvidarlo, por lo que puedo asegurarme de recordarlo simplemente colocando el blister con las pastillas encima del paquete de galletas o de lo que sea que desayune. Si eres tan olvidadizo como yo me aseguraré de llevarme las pastillas a la mesa de desayuno ya que soy capaz de despistarme durante el desayuno y seguir con la rutina diaria a pesar de haberlas visto justo antes de desayunar.

Uso de Post-Its

Un comodín cuando todavía no tenemos esta capacidad de inventarnos alertas visuales es utilizar Post-Its. Los Post-Its son efectivos en cualquier situación descrita anteriormente, ocupan poco, no ensucian y son asequibles. Por ejemplo, un Post-It en las llaves del coche me recordará que al salir del trabajo debo ir a comprar galletas. Cuando no sepas qué elemento visual poner, sustitúyelo por un Post-It.

Descoloca algo para hacerte recordar

Hay situaciones en las que no dispones ni de elementos visuales a tu alcance ni de Post-Its. Por ejemplo cuando vas conduciendo, en la cola del pan o mientras estás en el lavabo. En estos casos lo que podemos hacer es descolocar algo que sepamos que vamos a ver en breve, cuando tengamos la posibilidad de anotarlo o hacerlo.

Por ejemplo, si voy conduciendo y decido que el MP3 de música está desactualizado y convendría actualizarlo con nuevas canciones, podría quitar el MP3 y ponérmelo en el bolsillo, lo que me impediría seguir escuchando música, podría sacar un papel y boli e intentar anotarlo con el peligro que supondría para mi vida y la de los demás, o mejor podría coger algo de la guantera, por ejemplo un paraguas, y dejarlo en el asiento del acompañante, si puede ser apuntando en la dirección del MP3. De esta forma cuando aparque, veré el paraguas apuntando al MP3 y automáticamente recordaré que debo llevármelo a casa y actualizarlo.

Cuando se trata de asuntos más complejos o que no puedo ocuparme en ese momento, podemos emplear este truco también al menos para anotarlo. Por ejemplo si estoy en el lavabo y necesito acordarme de hacer una llamada importante lo que haré es darle la vuelta a la funda del móvil. De esta forma cuando regrese a mi puesto de trabajo no tardaré en darme cuenta de ello y recordaré que debo hacer la llamada.

A pesar de que no es un truco infalible, ya que en el transcurso entre que descolocar y te das cuenta puedes olvidar el asunto, sí que ayuda y es infinitamente mejor que dejarlo en manos únicamente de tu memoria.

Organízate mejor

Uno de los mejores trucos para no olvidarte de las cosas es evitar tener que recordarlas. Parece una tontería pero si te organizas mejor evitarás muchas situaciones incómodas y recurrentes que no hacen más que quitarte tiempo y energía.

Ubica sitios fijos para las cosas cotidianas que se suelen perder. Por ejemplo si continuamente pierdes las llaves, elige un lugar fijo para las llaves en casa y en la oficina, y asegúrate de dejarlo todos los días en ese sitio. Lo mismo con el móvil. Si se te traspapelan los papeles del correo, ubica en tu casa un lugar donde depositar tu correo hasta que lo proceses y lo archives o lo tires. Un ejemplo muy claro también son las facturas de productos que adquieres y que están todavía en garantía. Mantén todas las facturas vigentes en un único sitio para que de aquí a un año no tengas que remover media casa buscándola.

En el próximo post seguiré explicando más trucos como estos para conseguir liberar a nuestra cabeza de algo que sabemos que no es capaz de conseguir efectivamente y quedarnos tranquilos de que no olvidamos nada importante.

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