En la actualidad, aún nos encontramos con personas machistas que pueden gozar de la aprobación de otras o de su rechazo. Sin embargo, a pesar de los muchos juicios que se realizan, hoy nos vamos a centrar en las creencias que imperan en este tipo de personas.
Por: Espectador de Caracas con información de Mejor con Salud
Todos tenemos determinadas creencias que, si no ponemos en duda, determinamos como ciertas. Nuestra sociedad ha sido generalmente machista y eso aún está vivo en las mentes de algunas personas. ¿Qué creencias actúan en su pensamiento?
Creencias de las personas machistas
1. Una mujer ha nacido para ser madre
Es cierto que la mujer puede quedarse embarazada. Este hecho hace que las personas machistas crean que el objetivo de toda mujer sea tener hijos.
Pero, ¿qué pasa si no puede tenerlos? En este caso, se la considera una mujer no completa.
Ahora bien, ¿qué significa ser madre?
Además de tener a los hijos, una mujer debe cuidarlos. Por ende, se entiende que tiene que quedarse en casa. Quienes tienen este tipo de pensamiento, consideran que el lugar de una mujer está en el hogar.
Las personas machistas no se dan cuenta de que el hecho de que puedas tener hijos no te condiciona a tenerlos. Tampoco el hecho de ser madre deriva en convertirse en ama de casa (algo que, por cierto, las personas machistas no consideran un trabajo).
2. La mujer incita el acoso
Las personas machistas consideran que el acoso es algo que las mujeres buscan. Si van por la calle y las piropean, si intentan agredirlas sexualmente, lanzarán frases del estilo: “es que mira que falda llevaba”, “ella se lo buscó, nadie le mandó ir por ese callejón”.
Lo que no saben las personas machistas es que nada justifica una agresión o acoso. De hecho, echarle la culpa a quien es la víctima tan solo aumenta el poder de quien realiza la agresión.
No importa cómo uno se vista o por dónde decida andar. Nadie tiene derecho a ponerle una mano encima.
3. La mujer es vista como delicada, débil, sumisa
Desde hace mucho tiempo, ha existido la creencia de que el hombre es más fuerte que la mujer, algo que las personas machistas apoyan completamente.
Por eso, la mujer es considerada más emocional, delicada, débil y, por ende, sumisa.
Sin embargo, ¿qué sucede si no se dan estas características? Quizás nos suene el término “machorra” o “marimacho” para designar a una mujer que no entra dentro de este parámetro.
No obstante, tampoco podemos dejar de lado la presión a la que se somete al hombre por parte de las personas machistas.
Si un hombre no es fuerte, seguro de sí y se muestra emocional, sensible, para nada agresivo, puede que nos encontremos con términos como “marica”.
4. Una mujer no sirve para ser líder
El hecho de que las personas machistas piensen en lo mencionado con anterioridad provoca que no crean posible que una mujer pueda ser una líder. De hecho, si así sucede, puede que le lancen multitud de críticas.
Cuando una mujer es líder las personas machistas suelen pensar en qué habrá hecho para llegar hasta ahí, denigrando la imagen de una mujer que es totalmente competente para desempeñar su labor.
5. La mujer está para brindar placer
Suena duro, pero las personas machistas consideran a la mujer un objeto de placer. Son vistas como objetos de consumo y eso lo podemos observar en la sexualización que siempre se hace de su imagen, sobre todo en publicidad.
Sin embargo, ¿qué pasa cuando una mujer vive su sexualidad y busca su placer de manera intencional y de las más diversas formas (amigos con derechos, parejas sin compromiso, poliamor…)? Entonces, se le recrimina, se la considera una “fresca”.
Es decir, una mujer está para el disfrute de otros. Sin embargo, en cuanto esta busca su propio disfrute, ahí las personas machistas la condenan.
Todas estas creencias que albergan las personas machistas aún siguen muy presentes. No obstante, siempre es positivo cuestionar y poner en duda todas y cada una de las creencias que tenemos. Solo así nos daremos cuenta de si perjudican a otras personas, de si en verdad tenemos razón o de si estamos terriblemente equivocados. No obstante, para todo esto, hay que empezar a cuestionarse cosas.