28 de septiembre de 2024 11:11 AM

26 de octubre: Día de José Gregorio Hernández

José Gregorio Hernández Cisneros nació el 26 de octubre de 1864 en Isnotú, una localidad que por aquel entonces era capital del municipio Libertad del distrito Betijoque del estado Trujillo en Venezuela.

Fue el primero de seis hermanos, hijo de Benigno María Hernández Manzaneda y Josefa Antonia Cisneros Mansilla.

Por línea materna, descendía del cardenal Francisco Jiménez de Cisneros, quien fue confesor de Isabel la Católica y fundador de la Universidad de Alcalá.

Mientras que por la paterna se emparentaba con el Santo Hermano Miguel, quien era educador y escritor, miembro de la Academia Ecuatoriana de la Lengua y correspondiente de la Real Academia Española.

Infancia

Durante su infancia vivió en su pueblo natal, su madre se dedicaba a labores del hogar propias de la época y su padre era comerciante y dueño de un almacén de mercancías secas, víveres y farmacia. Recibió el sacramento del bautismo el 30 de enero de 1865 en el templo colonial de Escuque, hoy Santuario Diocesano del Niño Jesús de Escuque. 

Sus padrinos fueron Tomás Lobo y Perpetua Enríquez. El sacramento de la confirmación se efectuó el 6 de diciembre de 1867 en la iglesia San Juan Bautista de Betijoque, por el señor Juan Bonet, obispo de Mérida.

Su madre falleció en 1872 cuando él contaba con ocho años de edad. Su primer maestro fue Pedro Celestino Sánchez, representante de una escuela privada en Isnotú. Durante sus años de estudios envió una recomendación al padre del pequeño José Gregorio para que lo encomendara a estudiar en la capital del país.

A los trece años de edad, José Gregorio le manifestó a su padre su deseo de estudiar la carrera de derecho. Sin embargo, su padre lo convenció para que estudiara medicina. A partir de ese momento, tomó la medicina como su propia vocación. 

En 1878, cuando contaba con trece años y medio, bajó de la sierra trujillana hasta Caracas,​ siguiendo una travesía: Isnotú, Betijoque, Sabana de Mendoza, Santa Apolonia y La Ceiba en mula; por el Lago hasta Maracaibo, y después por mar a Curazao, Puerto Cabello y La Guaira, y por tren, desde este puerto a la ciudad capital.

Estudios en Europa

En noviembre de 1889, José Gregorio Hernández ya se encontraba cursando estudios en los laboratorios de Charles Robert Richet, profesor de Fisiología Experimental en la Escuela de Medicina de París y quien a su vez había sido colaborador de Étienne Jules Marey y discípulo de Claude Bernard, reconocido de la medicina experimental en Francia.

En el laboratorio de Mathias Duval estudia las áreas de microbiología, histología normal, patología, bacteriología, embriología y fisiología experimental, entre otras.

También participó en su formación Isidor Strauss, quien había sido discípulo de Émile Roux y Charles Chamberland, quienes lo fueron a la vez de Louis Pasteur, todos ellos precursores de la bacteriología. Posteriormente se traslada a Berlín para estudiar histología y anatomía patológica, a la vez que inicia un nuevo curso de bacteriología.

Culminados sus estudios, Hernández regresa a Venezuela a fin de ingresar como profesor en la Universidad Central de Venezuela en Caracas; además, aprovecha para traer de Europa equipos médicos al hospital Vargas, por instrucciones del Gobierno venezolano. A él se debe la introducción del microscopio en Venezuela.

Fallecimiento

El 29 de junio de 1919 en horas de la tarde, José Gregorio Hernández salió a la esquina de Cardones a atender a una enferma, pero no pudo llegar porque fue atropellado por Fernando Bustamante, un joven mecánico de 28 años de edad, dueño de un Essex, en la esquina de Amadores, La Pastora, Caracas, Venezuela.

Beatificación 

En abril del 2020 se anunció que la Comisión Teológica del Vaticano aprobó el milagro del venerable doctor José Gregorio Hernández en la curación de la niña Yaxury Solórzano.

Siendo una niña, el 10 de marzo de 2017, Yaxury Solórzano recibió un disparo en la cabeza que le ocasionó un fuerte sangramiento y pérdida de masa encefálica. Los médicos aseguraron que de sobrevivir, quedaría en estado vegetal. Sólo 20 días después, salió caminando y hablando del hospital. En el 2020, no solo habla: es una niña completanemente normal.

Finalmente, el 19 de junio del 2020, el papa Francisco decretó su beatificación, después que el milagro fue reconocido por unanimidad por todos los cardenales que estudiaron el caso.

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