Desde el año 2003, se celebra cada 10 de octubre el Día Mundial contra la Pena de Muerte. Una iniciativa impulsada por la Coalición Mundial contra la Pena de Muerte, organismo que agrupa a las organizaciones abolicionistas que buscan erradicar la pena capital, una alianza conformada por ONG’s, activistas, colegios de abogados y otras organizaciones, que tienen como finalidad consolidar el movimiento internacional contra la misma.
Fundada en Roma el 13 de mayo de 2002, agrupa a más de 150 organizaciones a nivel internacional. Promueve la creación de coaliciones nacionales y regionales y organiza eventos internacionales dirigidos a sensibilizar a la opinión pública en torno a tan polémico tema.
Así una de sus integrantes, Amnistía Internacional sostiene que la pena de muerte constituye una violación de derechos humanos y, en particular, del derecho a la vida y del derecho a no sufrir tortura ni tratos o penas crueles, inhumanos y degradantes, ambos consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada en 1948 por las Naciones Unidas.
La efeméride no limita sus acciones a demandar que no haya más condenados a muerte en el mundo sino que vela también por las condiciones en las que se encuentran aquellos que ya lo están.
Durante los últimos 13 años, las personas que han sufrido el castigo capital han descendido en todo el planeta aproximadamente un 30%. El descenso en esta modalidad de castigo penal, de forma más o menos acusada, se viene produciendo desde el 2015, según revelaron datos revelados por Amnistía Internacional y contenidos en su informe anual de 2021 sobre la pena de muerte en el mundo.
El marzo de ese año, Virginia se convirtió en el primer estado sureño en abolir la pena de muerte en EEUU. tras haber ejecutado a unas 1.400 personas desde tiempos coloniales.
La mayoría de las ejecuciones de las que se tuvo noticia se produjeron en China, Irán, Egipto, Arabia Saudí y Siria, por ese orden.
China siguió siendo el mayor ejecutor mundial, aunque se desconoce la verdadera magnitud del empleo de la pena de muerte en ese país, al estar clasificados los datos relacionados con ella como secreto de Estado; la cifra oficial de al menos 579 ejecuciones no incluye las miles de las que se cree que tuvieron lugar en China.
Excluyendo a China, el 80% de todas las ejecuciones que se dieron a conocer tuvieron lugar en tan sólo tres países: Irán, Egipto y Arabia Saudí
Pero la lucha debe continuar, el pasado 5 de septiembre Irán concretamente, condenó a muerte a dos mujeres, activistas por los derechos LGTB acusadas de “corrupción” al “promover” la homosexualidad y el cristianismo.
El declive de la pena capital en el mundo es evidente, si bien su final aún no se vislumbra en un futuro cercano.
Con información de : La Vanguardia
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