Cada 1° de septiembre se celebra el Día de la Criminalística en honor a Juan Vucetich, un croata nacionalizado argentino que hizo un descubrimiento fundamental para la historia de la criminalística.
El Día del Criminalista se instituye recordando la utilización oficial del Método Dactiloscópico creado por el criminalista argentino Juan Vucetich, quien logró implementar el 1 de septiembre de 1891, un método para la individualización de personas mediante las impresiones dactilares.
El 1 de septiembre de 1891, se puso en práctica, por primera vez en el mundo, el sistema de Vucetich, mediante la utilización de su ficha decadactilar; donde se tomaron las impresiones digitales de los diez dedos a 23 procesados por diferentes delitos; dicha documentación –previa clasificación- archivó en armarios –tipo casilleros- que se habilitaron por su propia iniciativa.
Juan Vucetich luego de mucha investigación previa, crea el sistema que bautizó con el nombre de “icnofalangometría”, basado en los 40 tipos digitales obtenidos por el inglés Francis Galton, a los cuales, él aumentó a 101.
Con esta sencilla técnica, puso en evidencia que su sistema, que se basaba en la perennidad, inmutabilidad y variedad infinita de los relieves digitales, poseía una cualidad más: que todas las individuales son clasificables y que a través de la simple lectura de sus fórmulas dactiloscópicas, era posible ordenar su archivo, sistematizando fácilmente esta ciencia.
Juan Vucetich nació en Croacia, el día 20 de Julio de 1858. A los 20 años emigra con su familia a la Argentina, donde se nacionaliza. Ingresó como auxiliar en una oficina de contaduría de la policía de Buenos Aires, pasando luego a la de estadística, hasta llegar a ser jefe de la misma.
La Criminalística hoy
La Criminalística, hoy en día, es una ciencia que goza de plena autonomía científica respecto de las demás áreas del saber humano. El hecho de que muchos de sus conocimientos puedan aplicarse a la resolución de problemas legales o criminológicos no significa que estos sean parcela privativa de esos fueros.
El conocimiento criminalístico representa una gran herramienta teórico-metodológica útil para muchas actividades humanas, dentro de éstas, la solución de conflictos e incertidumbres científicas en general.
Una de las ciencias del conocimiento humano que, indudablemente, coadyuva a la mejor consecución de una correcta administración de justicia, premuniendo de “pruebas” a nuestros magistrados y operadores de justicia, es, sin duda, la Criminalística.
Esta disciplina, con rango de ciencia, permite aplicar contenido y métodos de diferentes disciplinas en aras de una mejor explicación de los hechos, confiriendo, merced a su estudio y análisis, a los simples indicios la calidad de pruebas. Constituye, entonces, un hecho innegable que esta fecunda ciencia, sea una de las que mejor ofrece, al Derecho en general y al Ius Puniendi, en particular, esa información útil, tendiente a resolver el proceso.
Con su concurso, señala el derrotero en la búsqueda y obtención de la prueba: las evidencias recogidas en el escenario de los hechos. De la mano de esta peculiar ciencia, catalogada como disciplina sui generis, los peritos forenses ofrecen a la administración de justicia, esa “verdad” que sin su concurso haría más difícil la materialización del ideal de justicia: su correcta impartición por parte de nuestros magistrados.
Su auxilio (no entendido en el sentido peyorativo defendido por infinidad de tratadistas –como quien secunda o no representa un papel protagónico–; sino como aquel que ofrece a otro la ayuda, el auxilio y los medios para resolver sus problemas, por ser éste impotente o por no poder hacerse de los mismos por cuenta propia) permite el empoderamiento de los operadores de justicia con los elementos necesarios (información pertinente y/o evidencia física legalmente obtenida), a efectos de que con ellos puedan acceder a la “verdad” oculta de los hechos…la tarea de la Criminalística, sin embargo, no se agota en las explicaciones sobre los hechos cometidos por el crimen, su utilidad va más allá de esto: ofrece explicaciones de diversos fenómenos a todas las instancias que requieran su concurso.
Como conclusión, la Criminalística es la ciencia de carácter empírico e interdisciplinario, que mediante la integración de diversos métodos y técnicas estudia, verifica, examina y analiza vestigios, indicios y evidencias de toda índole y origen, en y/o dejados por cualquier individuo –sea éste presunto culpable de la comisión de un delito, o un sujeto totalmente ajeno a cualquier tipo de proceso judicial–, organismo u objeto a efectos de determinar las circunstancias, medios e individuos implicados en el hecho que dio lugar a su estudio e intervención.
La Criminalística, así entendida, es una ciencia aplicada que, valiéndose de peritos en determinada materia, emite y plasma sus hallazgos en el, bien llamado, informe pericial a efectos de que su concurso pueda coadyuvar a un mejor entendimiento de los sucesos por parte de los operadores de justicia, en procesos judiciales en general, en procesos administrativos o, que sus hallazgos puedan ser utilizados por cualquier individuo en particular, para cualquier asunto particular.
Las tareas fundamentales de estudio de la Criminalística, son:
-Examinar el escenario en donde se han producido los hechos que se investigan.
-Examinar indicios y evidencias que tiendan a la identificación de personas y objetos vinculados con los hechos investigados.
-Examinar indicios y evidencias de interés forense.
-Examinar indicios y evidencias que no siendo de interés forense, necesiten ser explotados por los métodos y procedimientos de las áreas propias de la Criminalística.
-Identificar plenamente a los sujetos materia de investigación criminalística.
El perito forense deberá, consecuentemente, realizar:
-La protección, conservación y fijación del lugar de los hechos.
-El levantamiento y embalaje del material sensible.
-El moldeo de huellas respectivo.
-Una investigación dactiloscópica coherente en el lugar de los hechos.
-Un planteamiento metodológico criminalístico en relación con huellas de pisadas, sangre, semen, pelos, fibras, hechos de tránsito, investigaciones documentales, explosiones y balística, etc.
-La determinación de los fines, organización y equipo del Laboratorio de Criminalística.
La naturaleza científica de la Criminalística hoy en día es un hecho francamente indiscutible. No obstante su saber haya sufrido los dramáticos cambios propios del conocimiento y la ciencia en general, a saber: de ser un simple conjunto de reglas prácticas, empíricas, hasta convertirse en un conglomerado hetero géneo de conocimientos tomados de otras ciencias para llenar sus fines.
En sus inicios, el saber de esta ciencia no podía ser considerado, “científico”; tan sólo representaba un conglomerado nada homogéneo de técnicas y métodos de diversas artes y oficios, constituyendo sólo un conjunto de conocimientos útiles en la investigación de los delitos y el descubrimiento y verificación de los culpables. En aquella lejana época, la Criminalística tenía la categoría de simple técnica, representando un conjunto de conocimientos, pasibles de ser aplicados a la investigación criminal, sin ninguna sistematización clara y una indiscutible falta de comprobación empírica.
Es recién a partir del siglo XX, merced a los aportes de diversos estudiosos interesados profundamente en el desarrollo de esta ciencia, que la Criminalística logró su “evolución” y se conforma hoy más homogénea y científica.
En ese sentido, el criminalístico o perito criminalista debe ser considerado un científico, un verdadero hombre de ciencia que, como la mayoría de los científicos modernos –que buscan tener una mejor comprensión del mundo– necesita trabajar de manera interdisciplinaria. En esta tarea, el criminalístico debe de seguir rigurosamente cada uno de los pasos que el método científico exige: en primer término, debe recopilar los datos; para ello, requiere de una observación completa, exacta, metódica, rigurosa y precisa del hecho dirigida a conocer su naturaleza para así obtener los datos e indicios que posteriormente se convertirán en evidencia. Seguidamente debe de ordenar los datos recopilados a fin de descubrir las posibles correlaciones y consecuencias. Asimismo, debe de formular hipótesis, realizar deducciones, confirmar o rechazar las ya planteadas inicialmente sobre la base de los indicios y los hechos; finalmente, debe de resumir todo lo comprobado en términos claros y concretos a efectos de emitir su conclusión.
Como conclusión, la Criminalística, hoy en día, es una ciencia que goza de plena autonomía científica respecto de las demás áreas del saber humano. El hecho de que muchos de sus conocimientos puedan aplicarse a la resolución de problemas legales o criminológicos no significa que estos sean parcela privativa de esos fueros. El conocimiento criminalístico hoy representa una gran herramienta teórico-metodológica útil para muchas actividades humanas, dentro de estas, la resolución de conflictos e incertidumbres científicas en general.
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